miércoles, 29 de septiembre de 2010

A veces muero porque me roces

Poner esto como una de las primeras entradas será ponerme a mi misma el listón muy alto. El próximo fragmento que vais a tener el gran placer de leer está inspirado en el personaje de mi próxima novela. Está escrito desde su punto de vista aunque tan solo tengo escritas unas páginas voy dando forma al personaje lentamente, disfrutando realmente de su creación. 
Este fragmento no pertenece a la novela en si misma, ni siquiera pensaba mostrársela a nadie pero creo que es una verdadera pena que tan solo yo pueda leerla. 

 


Es un hombre hundido en la desesperanza de la vida. Sin creer en que aquello pueda cambiar aunque todo apunta a que debería. Es una persona que aún sin esperanza se ve constantemente asediado por sus deseo de amar, de encontrar a alguien que le saque de su tormento: 




"A veces muero porque me roces,
sólo el olor de tu piel... y me vuelvo loco.
Un simple toque de tu cuerpo
convierte al mío en llamas.

Se mía eternamente para amarte como te mereces.
Se mía para siempre o moriré ahogado entre mis lágrimas por tu pérdida."

Las palabras surgieron solitarias en un mar de inspiración. A la deriva como si fueran náufragas esperando mi llegada. Todas en mi cabeza, aburridas por la larga espera a las que son sometidas por mi rechazo a ese infernal mundo. Pero entonces recuerdo la terrible verdad... un escritor lo es y punto.
Da lo mismo que no escriba las palabras cuando cada segundo las pienso en mi cabeza y las doy forma, entonces una noche me encuentro ante el teclado y todo cobra forma.
Entonces obtengo esto...
Y entonces...
La tempestad de mi inspiración no tiene fin. Todo es oscuro hasta que se aclara, y no es más cierto porque yo lo diga: después de la tempestad... la calma. Nadie puede rebatirlo...
Espero la calma.
Llevo tres años esperándola. Porque hasta ahora tan solo he conocido la tormenta, entonces un día llega la verdadera tempestad y me pregunto si la calma la tuve durante todo ese tiempo. Me pregunto entonces que hago yo escribiendo cuando yo no soy escritor.

"La primera vez que te vi sentí mi cuerpo flotar,
como si todo lo que me rodeara hasta ese instante fuera un mal sueño.

Apareciste tú y desperté.
Sentí tus ojos clavarse en mi cuerpo y todo fue distinto.
Tú lo convertiste en otra cosa,
algo excepcional y preciado que me hizo convertirme en luz,
fuiste el ángel caído del cielo enviado a mí para curar mis heridas.

Toda mi existencia... la covertiste en amor."

Y mis palabras siguen tomando forma. Y mis palabras siempre hablan de amor. Entonces me doy cuenta de mi soledad, de mi terrible tormento y tristeza.
Mis palabras son hermosas aunque mi corazón solo conozca de fealdad.
Entonces descubro que existe aquel miserable subconsciente. Ese que me hace buscar algo que se que no quiero y... me veo queriéndolo y entonces... tempestad.

En uno de esos instante lo encuentro... un instante de años de espera. 
Espera como las palabras a la deriva en el mar de mi subconsciente, náufragas y solitarias hasta que no existe la tormenta.
El sol aparece y con él, el final. Me lleva a casa, a ese infinito valle de calma en el que los dos nos encontramos...

Porque no es más cierto porque yo lo diga... pero...
"A veces muero porque me roces,
entonces me rozas y despierto."

Escrito por Rous

1 comentario: